miércoles, 4 de noviembre de 2015

La Lingüística

La lingüística se denomina la disciplina que se dedica al estudio del lenguaje la palabra, como tal, proviene del francés linguistique, y este a su vez de linguiste, que significa ‘lingüista’.

La lingüística tiene como objetivo el estudio, la descripción y la explicación de la lengua entendida como un sistema de signos autónomo. Como tal, es una ciencia que bien puede estudiar el lenguaje en un sentido general, enfocado en su naturaleza y en las pautas que lo rigen, o bien de manera particular, orientada al estudio de lenguas específicas. Asimismo, la lingüística aborda aspectos asociados a la evolución de la lengua y su estructura interna, entre otras cosas.

La lingüística también estudia la lengua a distintos niveles: el fonético-fonológico, el morfológico, el sintáctico, el léxico y el semántico. Asimismo, la analiza a partir de su realización en el habla mediante las disciplinas de la pragmática y de la lingüística textual.

En este sentido, hay que subrayar que actualmente en el mundo existen aproximadamente un total de 6.000 lenguas. No obstante, la Lingüística a la hora de estudiar las mismas se basa en una clasificación de aquellas que se realiza en función del origen común que puedan tener las mismas. Es decir, se ordenan en función de la familia. Así, partiendo de dicha explicación, podemos encontrar las lenguas indoeuropeas, las sinotibetanas, las afroasiáticas, las japónicas, las coreanas, las uránicas o las indopacíficas, entre otras.

De esta forma, la lingüística como ciencia hace foco en la naturaleza y las pautas que rigen al lenguaje. A diferencia de la filología, una disciplina que profundiza en la evolución histórica de las lenguas en escritos y en el contexto de la literatura y la cultura asociada, la lingüística permite descubrir el funcionamiento de una lengua en un determinado momento, para comprender su desarrollo general.

La lingüística moderna surge a partir del siglo XIX. Con la publicación póstuma de Curso de lingüística general (1916), de Ferdinand de Saussure, la lingüística se ha convertido en una ciencia integrada a la semiología. Desde ese entonces, aparece la necesidad de marcar una diferencia entre lengua (entendido como todo el sistema) y el habla (es decir, su puesta en práctica), así como también de rever la definición de signo lingüístico (recurso donde se agrupa al significado y al significante). En el siglo XXNoam Chomsky desarrolla la corriente del generativismo, que entiende a la lengua como una consecuencia del procesamiento mental del hablante y en la capacidad genética (o innata, dicho de otro modo) para incorporar y hacer uso de una determinada lengua.

Y todo ello lleva a que tampoco se pueda olvidar la figura del lingüista Simón Dik que es de origen holandés y que destaca porque forma parte de otra corriente dentro de este ámbito que nos ocupa. En concreto nos estamos refiriendo a la escuela funcionalista que se puede definir como aquella rama que establece que el lenguaje no puede ser estudiado y analizado de manera independiente, sino que hay que tener en cuenta para ello también lo que es el uso que se le da al mismo.

Este hecho trae consigo el que dentro de la escuela funcionalista, en la que Dik es una de sus máximas figuras gracias a sus ideas y trabajos como el titulado Functional Grammar, se le otorgue un gran valor a cuestiones o elementos tales como la variación lingüística o la pragmática. Campo este último que se dedica a estudiar cómo el contexto en el que se encuentre el individuo influye en la manera de interpretar el significado en cuestión del lenguaje.

El estudio de la lengua como sistema puede llevarse a cabo en distintos niveles: el fonético-fonológico (fonología y fonética),el morfológico (morfología), el sintáctico (sintaxis el léxico (lexicología y lexicografía) y el semántico (semántica).Desde el punto de vista del habla, en cambio, puede considerarse al texto como la unidad superior de comunicación y a la pragmática, que hace foco tanto en la enunciación como en el enunciado.


 VARIEDADES LINGÜÍSTICAS

Una variedad o variante lingüística es una forma específica de lengua natural, caracterizada por un conjunto de rasgos lingüísticos usados por una determinada comunidad de hablantes vinculados entre sí por relaciones sociales o geográficas.
Las variedades lingüísticas son distintas formas que adquiere una misma lengua de acuerdo al lugar en que vive el hablante (esta variedad se denomina dialecto), a su edad (esta variedad se llama cronolecto) y a su grupo social donde también influye el nivel de educación (sociolecto). Las diferencias pueden estar relacionadas con el vocabulario, la entonación, la pronunciación o la confección de expresiones; y en general se manifiestan más claramente en la oralidad que en la escritura. De esta forma, cuando escuchamos hablar a alguien, podremos suponer en qué región reside (si en la zona Metropolitana o la zona rural, por ejemplo), de qué grupo etéreo forma parte (es un niño, un adolescente, un adulto, un anciano) y qué nivel educativo tiene.
El término variedad es una forma neutral de referirse a las diferencias lingüísticas entre los hablantes de un mismo idioma. Con el uso del término variedad se pretende evitar la ambigüedad y falta de univocidad de términos como lengua o dialecto, ya que no existen criterios unívocos para decidir cuándo dos variedades deben ser consideradas como la misma lengua o dialecto, o como lenguas o dialectos diferentes.
Las variedades pueden ser distinguidas, además de por su vocabulario, por diferencias en su gramáticafonología y prosodia. Existen diversos factores de variación posible asociados a la geografía, la evolución lingüística, los factores socio lingüísticos o el registro lingüístico.
Variedades geográficas: Los cambios de este tipo pertenecen a la variación diatónica y consisten en que existen variantes en la forma de hablar una misma lengua debidas a la distancia geográfica que separa a los hablantes.  Así, por ejemplo, en España le dicen cerillas al objeto que en América se denomina fósforos.
A estos cambios de tipo geográfico se les llama dialectos (o más propiamente geolectos) y, a su estudio, dialectología. Es importante aclarar que este término no tiene ningún sentido negativo, pues, ha sido común llamar dialecto a lenguas que supuesta-mente son “simples” o “primitivas”. Hay que tener presente, ante todo, que todas las lenguas del mundo, desde el punto de vista gramatical, se encuentran en igualdad de condiciones y ninguna es más evolucionada que otra. Por eso, es ilógico afirmar que una lengua es mejor que otra.
Los dialectos son, entonces, la forma particular con la que una comunidad habla una determinada lengua. Desde este punto de vista se suele hablar del inglés británico, del inglés australiano, etc. Sin embargo, hay que tener presente que los dialectos no presentan límites geográficos precisos, sino que, al contrario, se ha visto que estos son borrosos y graduales. De ahí que se considere que los dialectos que constituyen una lengua forman un continuo sin límites precisos.
Muchos suelen decir que una lengua es un conjunto de dialectos cuyos hablantes pueden entenderse entre sí. Sin embargo, esto puede ser aproximadamente válido para el español, no parece serlo para el alemán, ya que hay dialectos de esta lengua que son ininteligibles entre sí. Por otro lado, estamos acostumbrados a hablar de lenguas escandinavas, cuando, en realidad, un hablante sueco y uno danés se pueden entender usando cada uno su propia lengua. En lo que respecta al español, tradicionalmente se ha considerado que existen dos variedades generales el español de España y el español de América.

Variedades diacrónicas: Este tipo de variación está relacionado con el cambio lingüístico, cuando se comparan textos en una misma lengua escritos en diferentes épocas se aprecian diferencias sistemáticas en la gramática, el léxico y a veces en la ortografía (frecuentemente como reflejo de cambios fonéticos). Estas diferencias son claramente crecientes a medida que se comparan textos más separados en el tiempo. A cada uno de los estadios más o menos homogéneos circunscritos a una cierta época se les denomina variedad diacrónica. Por ejemplo para el idioma español puede distinguirse el español moderno (que a su vez presenta diversidad geográfica y social), el español medio y el español antiguo.

Variedades sociales o diastráticas: Este tipo de variaciones comprenden todos los cambios del lenguaje producidos por el ambiente en que se desenvuelve el hablante. Dentro de este ámbito, interesa sobre todo el estudio de los sociolectos, los cuales se deben a factores como la clase social, la educación, la profesión, la edad, la procedencia étnica, etc. En ciertos países donde existe una jerarquía social muy clara, el sociolecto de la persona es lo que define a qué clase social pertenece. Ello supone, por supuesto, una barrera para la integración social.

Variedades situacionales: Conocidas también como variaciones diafásicas, este tipo de variantes involucra cambios en el lenguaje a partir de la situación en que se encuentra el hablante. Como se sabe, no hablamos igual en una fiesta de amigos que en una actividad religiosa. Desde este punto de vista, lo que provoca el cambio es el grado de formalidad de las circunstancias. El grado de formalidad se entiende como la estricta observancia de las reglas, normas y costumbres en la comunicación lingüística.
Tomando en consideración este factor, los especialistas hablan de la existencia de diversos registros o estilos. De este modo, los enunciados “A los que estaban allí les entró risa cuando oyeron lo que les dijo el que hablaba” y “Las palabras emitidas por el conferenciante suscitaron la hilaridad del auditorio” difieren en su registro. Los hablantes, al momento de expresarse, deben elegir un registro adecuado a la circunstancia en que se encuentra.

No existe acuerdo en cuanto a cuántos y cuáles tipos de registros existen. Por lo general, se distinguen los siguientes: solemne, culto o formal, estándar, profesional, coloquial, vulgar y jergal.
En muchas regiones de América, el uso de los pronombres vos y usted se encuentran dentro de este tipo de variación, pues el primero se utiliza en contextos informales, mientras que el segundo se usa en situaciones formales. Así, todos somos susceptibles de ser interpelados con vos o con usted dependiendo del evento en que nos encontremos.
Los vulgarismos e idiotismos son a veces considerados como formas de estilo, al estar limitados a variaciones de léxico, mientras que los argots pueden ser incluidos tanto en el concepto de variedad como de estilo.
En sociolingüística se utilizan además, y entre otros, los siguientes términos, para diferenciar formas del habla que no son compartidas por el conjunto de los hablantes de un idioma o dialecto:
Argot : (la palabra es un galicismo empleado por «jerga») es el lenguaje específico utilizado por un grupo de personas que comparten unas características comunes por su categoría social, profesión, procedencia, o aficiones.             
Los argots se producen continuamente para nombrar aquello que carece de una traducción literal en la lengua normada, vigente en un determinado momento. La mayoría de estos argots acaban siendo aceptados como vocabulario propio de ese idioma o del grupo social.                                        
Los argots son un importante factor de cambio y renovación lingüística. En el pasado se asociaban a la expresión vulgar, poco culta. Desde el siglo XX las jergas y similares son objeto de estudio por los especialistas.
Cronolecto: variedad de un idioma o de un dialecto geográfico usada por un grupo etario, los cronolectos (especialmente entre los adolescentes) suelen tener características argotales. Los cronolectos más estudiados son el lenguaje infantil y el juvenil. En situaciones de cambio lingüístico, los cronolectos de diferentes grupos de edad pueden diferir bastante en rasgos que están en proceso de cambio.
Ecolecto: variedad de un idioma o dialecto utilizada por un número muy reducido de personas (por ejemplo, los miembros de una familia, de un grupo de amigos).
Etnolecto: variedad hablada por los miembros de una etnia, término muy poco utilizado, ya que, por lo general, se trata de un dialecto geográfico.
Geolecto: variedad de una lengua o dialecto hablada en una zona geográfica muy determinada, y sólo en esa zona. Por ejemplo el pixueto, dialecto del asturiano que sólo se habla en la villa de Cudillero, o el monegasco dialecto de la lengua provenzal, que sólo se utiliza en el Principado de Mónaco.
Idiolecto: variedad de la lengua hablada por una persona, es decir, el término se refiere al conjunto de peculiaridades que una persona usa sistemáticamente y en la que difiere del uso de los miembros de su comunidad lingüística.
Lengua sagrada: algunas etnias como los dogones, pueblo establecido en Malí y Burkina Faso (África), tienen dos lenguas, una de uso cotidiano y otra, secreta, para las ceremonias religiosas.
Sexolecto: conjunto de particularidades del habla, propias de los hombres o de las mujeres.
Sociolecto: conjunto de particularidades del habla típicas de una clase o de un estrato social.
Tecnolecto: conjunto de palabras y locuciones propias del lenguaje profesional.


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