La lingüística se denomina la disciplina que se
dedica al estudio del lenguaje la palabra,
como tal, proviene del francés linguistique,
y este a su vez de linguiste,
que significa ‘lingüista’.
La lingüística tiene como
objetivo el estudio, la descripción y la
explicación de la lengua entendida como un sistema de signos autónomo.
Como tal, es una ciencia que bien puede estudiar el lenguaje en un sentido
general, enfocado en su naturaleza y en las pautas que lo rigen, o bien de
manera particular, orientada al estudio de lenguas específicas. Asimismo, la
lingüística aborda aspectos asociados a la evolución de la lengua y su
estructura interna, entre otras cosas.
La lingüística también
estudia la lengua a distintos niveles: el fonético-fonológico, el morfológico,
el sintáctico, el léxico y el semántico. Asimismo, la analiza a partir de su
realización en el habla mediante las disciplinas de la pragmática y de la
lingüística textual.
En este sentido, hay que subrayar que actualmente en el mundo existen aproximadamente
un total de 6.000 lenguas. No obstante, la Lingüística a la hora de estudiar
las mismas se basa en una clasificación de aquellas que se realiza en función
del origen común que puedan tener las mismas. Es decir, se ordenan en función
de la familia. Así, partiendo de dicha explicación, podemos encontrar las
lenguas indoeuropeas, las sinotibetanas, las afroasiáticas, las japónicas, las
coreanas, las uránicas o las indopacíficas, entre otras.
De esta forma, la lingüística como ciencia hace foco en la
naturaleza y las pautas que rigen al lenguaje. A diferencia de la filología, una disciplina que profundiza en la
evolución histórica de las lenguas en escritos y en el contexto de la literatura
y la cultura asociada, la lingüística permite descubrir el funcionamiento de
una lengua en un determinado momento, para comprender su desarrollo general.
La lingüística
moderna surge a partir del siglo
XIX. Con la publicación póstuma de “Curso de lingüística general” (1916), de Ferdinand
de Saussure, la lingüística se ha convertido en una ciencia integrada a la semiología. Desde ese entonces,
aparece la necesidad de marcar una diferencia entre lengua (entendido como todo
el sistema) y el habla (es
decir, su puesta en práctica), así como también de rever la definición de signo lingüístico (recurso
donde se agrupa al significado y al significante). En el siglo XX, Noam Chomsky desarrolla la corriente
del generativismo, que entiende a la
lengua como una consecuencia del procesamiento
mental del hablante y en la capacidad genética (o innata, dicho de
otro modo) para incorporar y hacer uso de una determinada lengua.
Y todo ello lleva a que tampoco se
pueda olvidar la figura del lingüista Simón Dik que es de origen holandés y que
destaca porque forma parte de otra corriente dentro de este ámbito que nos
ocupa. En concreto nos estamos refiriendo a la escuela funcionalista que se
puede definir como aquella rama que establece que el lenguaje no puede ser
estudiado y analizado de manera independiente, sino que hay que tener en cuenta
para ello también lo que es el uso que se le da al mismo.
Este hecho trae consigo el que
dentro de la escuela funcionalista, en la que Dik es una de sus máximas figuras
gracias a sus ideas y trabajos como el titulado Functional Grammar, se le
otorgue un gran valor a cuestiones o elementos tales como la variación
lingüística o la pragmática. Campo este último que se dedica a estudiar cómo el
contexto en el que se encuentre el individuo influye en la manera de
interpretar el significado en cuestión del lenguaje.
El estudio de la lengua como sistema puede llevarse a cabo en
distintos niveles: el fonético-fonológico (fonología
y fonética),el morfológico (morfología),
el sintáctico (sintaxis el léxico (lexicología
y lexicografía) y el semántico (semántica).Desde
el punto de vista del habla, en cambio, puede considerarse al texto como la unidad
superior de comunicación y
a la pragmática, que hace foco tanto
en la enunciación como en el enunciado.
VARIEDADES LINGÜÍSTICAS
Una variedad o variante
lingüística es una forma específica de lengua natural,
caracterizada por un conjunto de rasgos lingüísticos usados por una determinada
comunidad de hablantes vinculados entre sí por relaciones sociales o
geográficas.
Las variedades
lingüísticas son distintas formas que adquiere una misma lengua de acuerdo al
lugar en que vive el hablante (esta variedad se denomina dialecto), a su edad
(esta variedad se llama cronolecto) y a su grupo social donde también influye
el nivel de educación (sociolecto). Las diferencias pueden estar relacionadas
con el vocabulario, la entonación, la pronunciación o la confección de
expresiones; y en general se manifiestan más claramente en la oralidad que en
la escritura. De esta forma, cuando escuchamos hablar a alguien, podremos
suponer en qué región reside (si en la zona Metropolitana o la zona rural, por
ejemplo), de qué grupo etéreo forma parte (es un niño, un adolescente, un
adulto, un anciano) y qué nivel educativo tiene.
El término variedad
es una forma neutral de referirse a las diferencias lingüísticas entre los
hablantes de un mismo idioma. Con el uso del término variedad se pretende
evitar la ambigüedad y falta de univocidad de términos como lengua o dialecto,
ya que no existen criterios unívocos para decidir cuándo dos variedades deben
ser consideradas como la misma lengua o dialecto, o como lenguas o dialectos
diferentes.
Las
variedades pueden ser distinguidas, además de por su vocabulario, por
diferencias en su gramática, fonología y prosodia.
Existen diversos factores de variación posible asociados a la geografía, la
evolución lingüística, los factores socio lingüísticos o el registro lingüístico.
Variedades geográficas: Los cambios de este tipo
pertenecen a la variación diatónica y
consisten en que existen variantes en la forma de hablar una misma lengua
debidas a la distancia geográfica que separa a los hablantes. Así,
por ejemplo, en España le dicen cerillas al
objeto que en América se denomina fósforos.
A
estos cambios de tipo geográfico se les llama dialectos (o
más propiamente geolectos)
y, a su estudio, dialectología.
Es importante aclarar que este término no tiene ningún sentido negativo, pues,
ha sido común llamar dialecto a lenguas que supuesta-mente son “simples” o
“primitivas”. Hay que tener presente, ante todo, que todas las lenguas del
mundo, desde el punto de vista gramatical, se encuentran en igualdad de
condiciones y ninguna es más evolucionada que otra. Por eso, es ilógico afirmar
que una lengua es mejor que otra.
Los
dialectos son, entonces, la forma particular con la que una comunidad habla una
determinada lengua. Desde este punto de vista se suele hablar del inglés
británico, del inglés australiano, etc. Sin embargo, hay que tener presente que
los dialectos no presentan límites geográficos precisos, sino que, al
contrario, se ha visto que estos son borrosos y graduales. De ahí que se
considere que los dialectos que constituyen una lengua forman un continuo sin límites precisos.
Muchos
suelen decir que una lengua es un conjunto de dialectos cuyos hablantes pueden
entenderse entre sí. Sin embargo, esto puede ser aproximadamente válido para el
español, no parece serlo para el alemán, ya que hay dialectos de esta lengua
que son ininteligibles entre sí. Por otro lado, estamos
acostumbrados a hablar de lenguas escandinavas, cuando, en realidad, un
hablante sueco y uno danés se pueden entender usando cada uno su propia lengua.
En lo que respecta al español, tradicionalmente se ha considerado que existen
dos variedades generales el español de España y el español de América.
Variedades diacrónicas: Este tipo de variación está
relacionado con el cambio lingüístico, cuando se comparan textos en una
misma lengua escritos en diferentes épocas se aprecian diferencias sistemáticas
en la gramática, el léxico y a veces en la ortografía (frecuentemente como
reflejo de cambios fonéticos). Estas diferencias son claramente crecientes a
medida que se comparan textos más separados en el tiempo. A cada uno de los
estadios más o menos homogéneos circunscritos a una cierta época se les
denomina variedad diacrónica. Por ejemplo para el idioma español puede
distinguirse el español moderno (que a su vez presenta diversidad geográfica y
social), el español medio y
el español antiguo.
Variedades sociales o diastráticas: Este tipo de variaciones
comprenden todos los cambios del lenguaje producidos por el ambiente en que se
desenvuelve el hablante. Dentro de este ámbito, interesa sobre todo el
estudio de los sociolectos,
los cuales se deben a factores como la clase social, la educación, la
profesión, la edad, la procedencia étnica, etc. En ciertos países donde existe
una jerarquía social muy clara, el sociolecto de la persona es lo que define a
qué clase social pertenece. Ello supone, por supuesto, una barrera para la
integración social.
Variedades situacionales: Conocidas también como
variaciones diafásicas,
este tipo de variantes involucra cambios en el lenguaje a partir de la
situación en que se encuentra el hablante. Como se sabe, no hablamos igual en
una fiesta de amigos que en una actividad religiosa. Desde este punto de vista,
lo que provoca el cambio es el grado de formalidad de las circunstancias. El
grado de formalidad se entiende como la estricta observancia de las reglas,
normas y costumbres en la comunicación lingüística.
Tomando
en consideración este factor, los especialistas hablan de la existencia de
diversos registros o estilos. De este modo, los enunciados “A los que estaban
allí les entró risa cuando oyeron lo que les dijo el que hablaba” y “Las
palabras emitidas por el conferenciante suscitaron la hilaridad del auditorio”
difieren en su registro. Los hablantes, al momento de expresarse, deben elegir
un registro adecuado a la circunstancia en que se encuentra.
No
existe acuerdo en cuanto a cuántos y cuáles tipos de registros existen. Por lo
general, se distinguen los siguientes: solemne, culto o formal, estándar,
profesional, coloquial, vulgar y jergal.
En
muchas regiones de América, el uso de los pronombres vos y usted se encuentran
dentro de este tipo de variación, pues el primero se utiliza en contextos
informales, mientras que el segundo se usa en situaciones formales. Así, todos
somos susceptibles de ser interpelados con vos o con usted dependiendo del
evento en que nos encontremos.
Los vulgarismos e idiotismos son a veces considerados como
formas de estilo, al estar limitados a variaciones de léxico,
mientras que los argots pueden
ser incluidos tanto en el concepto de variedad como de estilo.
En sociolingüística se utilizan además, y entre
otros, los siguientes términos, para diferenciar formas del habla que no son
compartidas por el conjunto de los hablantes de un idioma o
dialecto:
Argot : (la palabra es un galicismo empleado
por «jerga»)
es el lenguaje específico
utilizado por un grupo de personas que
comparten unas características comunes por su categoría social, profesión,
procedencia, o aficiones.
Los argots se
producen continuamente para nombrar aquello que carece de una traducción
literal en la lengua normada, vigente en un determinado momento. La mayoría de
estos argots acaban siendo aceptados como vocabulario propio
de ese idioma o
del grupo social.
Los argots son
un importante factor de cambio y renovación lingüística.
En el pasado se asociaban a la expresión vulgar, poco culta.
Desde el siglo XX las
jergas y similares son objeto de estudio por los especialistas.
Cronolecto: variedad de un idioma o de un
dialecto geográfico usada por un grupo etario,
los cronolectos (especialmente entre los adolescentes)
suelen tener características argotales. Los cronolectos más estudiados son
el lenguaje infantil y el juvenil. En situaciones de cambio
lingüístico, los cronolectos de diferentes grupos de edad pueden diferir
bastante en rasgos que están en proceso de cambio.
Ecolecto: variedad de un idioma o dialecto
utilizada por un número muy reducido de personas (por ejemplo, los miembros de
una familia,
de un grupo de amigos).
Etnolecto: variedad hablada por los miembros
de una etnia,
término muy poco utilizado, ya que, por lo general, se trata de un dialecto
geográfico.
Geolecto: variedad de una lengua o dialecto
hablada en una zona geográfica muy determinada, y sólo en esa zona. Por ejemplo
el pixueto,
dialecto del asturiano que
sólo se habla en la villa de Cudillero,
o el monegasco dialecto
de la lengua provenzal, que sólo se utiliza en el Principado de Mónaco.
Idiolecto: variedad de la lengua hablada por una persona, es
decir, el término se refiere al conjunto de peculiaridades que una persona usa
sistemáticamente y en la que difiere del uso de los miembros de su comunidad
lingüística.
Lengua sagrada: algunas etnias como los dogones,
pueblo establecido en Malí y Burkina Faso (África),
tienen dos lenguas, una de uso cotidiano y otra, secreta, para las ceremonias
religiosas.
Tecnolecto: conjunto de palabras y locuciones
propias del lenguaje profesional.
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